lunes, 29 de marzo de 2010

APOYAMOS EL PROYECTO DE PAIS

Pronunciamiento de la agrupación Proyecto Yerba Buena (Movimiento Evita - Tucumán)

La sola enumeración de los aciertos del proyecto de país que sigue este gobierno debería ser suficiente para sostenerlo o, al menos, criticarlo con espíritu constructivo, como para corregir sus errores y buscar salidas a las trabas que se presentan.

Hay, también, otros tipos de razones para defenderlo. Las alternativas que aparecen todavía de manera muy difusa en el horizonte ofrecen esquemas conocidos ya. Como respuesta a la insuficiente pero necesaria y acertada distribución de la riqueza (asignación universal, cooperativas de trabajo, aumentos a jubilados, generación de nuevas pensiones, programas de microcréditos, etc), la salida parece ser su eliminación. Y será en nombre del “la lucha contra clientelismo”, o de la idea de “no regalar dinero del Estado”. En realidad, habría que invertir los términos y buscar el modo de terminar con el clientelismo y con la necesidad de que el Estado subsidie la pobreza. Es ahí donde debe estar puesta la atención y, aunque reconociendo los avances en la lucha contra la pobreza, remarcar también su carácter de paliativo de emergencia (que lamentablemente se extiende en el tiempo).

Pero la opción de quienes hoy están enfrente de este modelo no es muy diferente al que aplicaron ellos mismos o sus socios políticos cuando fueron gobierno: ajuste, reducción de las jubilaciones en un 13%, inmovilidad salarial, desocupación, pobreza. Liberalismo económico y conservadurismo político.

Lo mismo respecto de la inflación, que agobia y mortifica también a quienes apoyamos este modelo. Existe, no hay dudas, pero además de las razones propias de la política económica implementada (más circulante, más consumo), hay causas ajenas. La especulación, la idea de “aumentar por las dudas”, se instala con fuerza en los sectores del comercio y su complicada cadena comercial. Y detrás están los actores financieros, que ante una crisis política (la imposibilidad de pagar intereses de la deuda externa con reservas del Banco Central), rematan acciones en la bolsa dejando por el piso las expectativas de parte de la sociedad. Y ni hablar de la acción psicológica ejercida desde los grandes medios de comunicación para sembrar el terror y cosecharlo minutos después. Y en todo caso, la gran diferencia que existe entre este proceso inflacionario y otros vividos por los argentinos en los 80 y 90, es que se impulsaron discusiones salariales en todos los sectores, con una movilidad en lo percibido por el trabajador sin precedentes. También es importante la disminución de los índices de pobreza y desocupación registrados en estos últimos seis años. Y todo esto mientras el mundo se deshilacha en la más grave crisis financiera de la historia.

Las formas señaladas como autoritarias o prepotentes de los principales exponentes de este proyecto, quienes lo implementan con virtudes y defectos, es otro de los aspectos con el que machacan incluso algunos de los que los siguen. Es cierto que hay exabruptos importantes, que la imagen de confrontación permanente se desdibuja en ocasiones por los excesos. Pero no es posible pensar en cambiar la realidad sin confrontar. Ni proponer una reforma distributiva sin tocar los intereses de sectores poderosos (empresariales, políticos), lo que genera nuevos y más virulentos enfrentamientos (resolución 125, no tomar nuevos créditos de entidades financieras internacionales).

Nunca antes la Argentina había tenido una política de desendeudamiento como la iniciada en 2003. Aunque sin haber llegado a discutir y definir la autenticidad de lo que se debe, se está poniendo énfasis en cumplir con obligaciones que, de lo contrario, llevaría a entrar en una espiral de crisis inacabable. Y a la imposibilidad de atraer inversiones, abrir nuevos mercados o mejorar los existentes... Conviene recordar que gran parte de los vencimientos que deben afrontarse en 2010 surgen de empréstitos contraídos por el megacanje (1999) y la pesificación asimétrica de la economía (2002) por quienes ahora se oponen al uso de reservas genuinas y generadas por esta gestión.

En síntesis, defendemos este proyecto porque está en construcción, porque no hay alternativas superadoras por fuera y este puede mejorar. Estamos dispuestos a poner de nuestro lado todo lo necesario y posible para lograrlo.

miércoles, 24 de marzo de 2010

MEMORIA


La agrupación Proyecto Yerba Buena (Movimiento Evita) participó activamente junto a la JP Evita en la movilización convocada por organismos de derechos humanos para conmemorar el Día de la Memoria, con el convencimiento de que sólo la justicia y la memoria permitirán forjar un país más justo y libre. No es con olvido o con venganza que se podrá avanzar hacia el futuro, sino con la verdad. Es crucial que la Justicia avance en la investigación y castigo a los culpables del Terrorismo de Estado.
Es esta razón, también, la que lleva a nuestra agrupación solicitarle al Concejo Deliberante y al intendente de la ciudad de Yerba Buena que declare personas no gratas para la ciudad a Antonio Bussi y Luciano B. Menéndez, ya ambos residen en cómodos countries de la zona, a pesar de que tienen sentencia firme por genocidio y están en proceso judicial por otras causas.

lunes, 22 de marzo de 2010

LA PRESIDENTA REUNIO A LOS BLOQUES OFICIALISTAS EN OLIVOS



Frente a los legisladores del PJ, Cristina prometió vetos y decretos
Reivindicó las atribuciones del Poder Ejecutivo para frenar eventuales leyes sancionadas con mayoría opositora en el Congreso. Además, defendió la actual transferencia de fondos a las provincias. Habló durante algo más de una hora.
La anfitriona, la dueña de casa, la Presidenta, empezó su discurso con una broma sobre su obsesión por los detalles de organización: "Como ven, no les puse números a la mesas, sino nombres de árboles, a partir de ahora vamos a fundar el partido verde", rió Cristina. La escuchaban alrededor de 120 legisladores del oficialismo sentados justamente en esas trece mesas, algunas de las cuáles se llamaban "Cedros" o "Yatay". A tres semanas de iniciada la avanzada de la oposición sobre el Congreso, el matrimonio presidencial abrió el quincho de la Quinta de Olivos para un almuerzo de camaradería con sus diputados y senadores.
Consciente de la nueva relación de fuerzas que existe en el parlamento, la Presidenta defendió ayer las herramientas legales con las que cuenta para detener posibles leyes sancionadas por opositores: "Nuestra Constitución es fuertemente presidencialista, y es por eso que permite el veto presidencial, el doble voto del presidente de la Cámara de Senadores en caso de empate en una votación, y la instrumentación de Decretos de Necesidad y Urgencia", dijo, según reconstruyeron varios de los presentes a Clarín. La mandataria insistió con esa idea también cuando agregó que es el Poder Ejecutivo el que debe guiar al Legislativo: "El artículo 99 fija claramente que la responsable política de la administración general de la República es la Presidenta, y le fija facultades al Congreso". Con tono de fastidio, le pidió a los legisladores opositores que "si quieren un sistema parlamentario, vayamos a una Reforma de la Constitución, no tengo problemas". El ministro del Interior, Florencio Randazzo, explicó después a Clarín que esa parte del mensaje presidencial fue para mostrarle a los legisladores que de ahora en más "no importa tanto lo que pase dentro del Congreso, sino lo que ocurra puertas afuera".
El nuevo escenario legislativo se llevó buena parte de la hora de discurso que la Presidenta dio frente a sus diputados y senadores. En varias oportunidades criticó a la oposición, sobre todo por ser una fuerza heterogénea: "Esta nueva alianza es de gente que no sabe qué hacer con lo que tiene, por una razón sencilla: no son una mayoría política, nosotros sí lo éramos y pudimos conducir el Parlamento". Frente a esta nueva situación, les pidió a sus legisladores que sean "inteligentes": "Yo sé que no es lo mismo ser oficialista cuando se está en minoría", dijo en un momento, y después rogó: "Por favor, no dejemos que nos choquen el Parlamento porque van a chocar lo que es el emblema de la política".
Como era de esperar, defendió el proyecto oficial para pagar la deuda con reservas del Banco Central. Aseguró que esa idea es "amplia y mayoritariamente aceptada por la sociedad argentina". Y se refirió a la jueza María José Sarmiento, la primera que frenó con una medida cautelar el Fondo del Bicentenario: "Si hubiera sabido que la Secretaría de Derechos Humanos había querellado el año pasado al padre de la jueza que intervino en la causa del Banco Central se la hubiera recusado".
A pocos metros de distancia, la escuchaba su marido, el ex presidente Néstor, quien ahora forma del Congreso desde que asumió su banca como diputado. El santacruceño se sentó junto al senador de su provincia Nicolás Fernández, el diputado Gustavo Marconato y la diputada tucumana Stella Maris Córdoba, entre otros. Cristina, por su parte, estuvo acompañada por el presidente provisional del Senado, José Pampuro, con quien se había distanciado en el último tiempo; por el presidente de la Cámara baja, Eduardo Fellner; y por los jefes de los bloques K en el Congreso, el senador Miguel Pichetto, y el diputado Agustín Rossi. Al contrario de los consejos presidenciales de los últimos días, que buscaron incentivar el consumo de pescado por sobre el de la carne, los comensales de Olivos comieron ayer un asado.
La Presidenta había empezado su exposición haciendo un panorama de las relaciones exteriores, y luego pasó a ocuparse de la política y de la economía. Jamás pronunció la palabra inflación. Tampoco se habló de inseguridad. Ni se oficializó formalmente el impulso de una nueva ley de coparticipación, un pedido de los gobernadores. Aunque Randazzo contó a la salida del almuerzo que en los próximos días convocará a los mandatarios provinciales para tratar esa cuestión. Esa ronda de encuentros podría coincidir con la discusión en el Senado por la reformulación del reparto del impuesto al cheque, un proyecto alentado silenciosamente por varios gobernadores, ya que busca quitarle a la Nación el manejo de 10 mil millones de pesos en beneficio de las provincias.